Los habitantes de Sant Boi del Llobregat tenéis a vuestro alcance a grandes profesionales de la salud dental. Disponéis de una clínica dental especializada en odontopediatria.
Es todo un arte. En esta etapa es recomendable realizarla, pues los huesos se encuentran en pleno crecimiento. ¿Por qué y cómo efectuarla?
Es aconsejable que acudas a tu dentista en Sant Boi de Llobregat sin esperar a que a tu hijo le desaparezcan los dientes de leche. La Sociedad Española de Ortodoncia (SEPO) recomienda una revisión por el ortodoncista a los seis años. Es cuando empiezan a salir los primeros dientes definitivos.
La detección temprana es una baza a tu favor. Permite un diagnóstico y tratamiento a tiempo y sus resultados son más eficaces en la etapa infantil. Durante el crecimiento es más sencillo modificar los defectos óseos y los dientes que se encuentran en mala posición.
¿Por qué es más fácil? Algunos dientes de leche, al ser sustituidos por los definitivos, dejan un espacio. Esta holgura la aprovecha tu ortodoncista para corregir las malformaciones o los desplazamientos de esos dientes. Es el instante apropiado para tu pequeño santboiano.
En concreto, algunos hábitos de tu hijo pueden provocar dichas malformaciones:
– Chuparse el dedo pulgar: si el vicio se estira más allá de los 6 o 7 años, puede desembocar en una obstrucción dental que denominamos mordida abierta.
– Intercalación de la lengua: consiste en situar la lengua entre los dientes durante la ingestión. También produce mordida abierta.
– Respiración por la boca: una dificultad de la que los progenitores debéis estar al tanto. Aparte de los problemas de salud que puede acarrearle a tu hijo, le dificulta que el maxilar superior se desenvuelva con normalidad. Puede transformar la armonía de su cara e incidir en una mala oclusión dental.
Los santboianos contáis con especialistas que hacen de la ortodoncia un arte. Lo primero que hará el ortodoncista será indagar cómo encajan entre sí las piezas dentales, los maxilares y la cara de tu niño. La ortodoncia infantil se encamina así a lograr una armonía entre ellos.
Realizará un tratamiento personalizado, adaptándose al tipo de rostro de tu hijo. A continuación, sumará las adaptaciones compensatorias que estime oportunas.
Es interesante que conozcas cómo se desarrolla la dentadura de tu hijo. A medida que le van saliendo los dientes definitivos, se desarrollan los huesos que los sustentan. Cuando surgen los primeros molares de leche en la parte posterior, hay un momento en que se juntan los molares superiores con los inferiores. Entonces establecen un engranaje antes no existente al que se denomina oclusión.
En torno a los 6 años, notarás que tu pequeño desarrolla los primeros molares superiores e inferiores. Estos, al contactar entre sí, determinan la segunda fase de la oclusión. La eclosión de estos primeros molares es de gran relevancia, pues ejercen de guía para la colocación de las demás piezas, aún por emerger.
Por ello, insistimos en la importancia de la visita a tu ortodoncista a estas edades. Observará lo que sucede y supervisará el cambio y oclusión de los incisivos. Igualmente, verificará el vínculo que mantienen entre sí tanto vertical como horizontalmente. Has de saber que, en este sentido, se dan cambios de relevancia en esta época.
La dentadura permanente aparece entre los 12 y los 14 años. Entonces ya han hecho erupción todas las piezas definitivas, a excepción de las muelas del juicio. El adelanto o retraso no ha de preocuparte, pero sí debe motivarte a consultar con tu ortodoncista.
Las relaciones que establecen entre sí los diferentes componentes faciales son determinantes en la ortodoncia. Dependen de cada clase de cara y de que los distintos patrones del rostro se encuentren más adelantados o retrasados, más abiertos o cerrados, más arriba o más abajo o más o menos movidos.
Tu ortodoncista trabajará, básicamente, con dos tipos de aparatos para la corrección dental de tus niños: removibles o fijos.
Los aparatos removibles tienen la ventaja de que son de quita y pon. Están fabricados en acrílico y se enganchan a los molares a través de unos garfios metálicos. Se emplean para corregir fallos óseos de la boca, problemas como el paladar estrecho que produce una mordida cruzada.
No aptos para adultos, su eficiencia radica en el tiempo que se lleven puestos. Tu ortodoncista te recomendará que los lleven durante la noche y de cuatro a seis horas durante el día.
Los fijos son los conocidos brackets. Van pegados a cada diente. A través de ellos se consigue una oclusión ideal. Se controla, así, la posición de cada uno de los dientes. Una de sus ventajas, además de las nombradas, es que puedes elegir el tipo de material. Bien metálicos o de porcelana, siendo estos últimos cada vez más empleados por un tema de estética.
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